Las tres primeras son enfermedades muy pruriginosas, mientras que, en la última, sólo aparece prurito tras la contaminación bacteriana o fúngica.
En ambos casos, el agente causal es un ácaro, un insecto parecido a una araña y de la misma familia de la garrapata pero con la diferencia que es microscópico perro con síntomas picores en la piel.
- Sarna Sarcóptica o Común: ocurre por los ácaros, o sea genes de tipo Sarcoptes. Muy pruriginosa, no estacional, contagiosa. Se ve con más frecuencia en perros jóvenes, se suele manifiestan en la cabeza y zonas donde la piel es más fina y carece de pelo como axilas, ingle, vientre, abdomen, base de la cola y los extremos de las articulaciones.
En cuanto a los síntomas, la lesión primaria es una pápula pruriginosa que evoluciona rápidamente a costra, por eso se ve una lesión pápulo-costrosa, dermatitis con eritemas, pápulas (granitos sólidos prominentes sobre la piel), alopecias, pequeñas costras hemorrágicas, descamación de la piel, olor a grasa rancia, picazón intensa, autolesiones, acantosis (rugosidad anormal de la piel con pigmentación marrón), hiperqueratosis, alopecia extendida y caspa.
Por lo tanto, se trata con tan solo acudir al veterinario al notar los primeros síntomas.
- Sarna Demodeccia: mejor llamada por su nombre científico, Dermodex folliculorum canis. Vive dentro de los folículos pilosos. No es para nada contagiosa, mucho menos estacional, tampoco pruriginosa (salvo cuando las lesiones se contaminan).
Está ligada a un problema de inmunidad habitante habitual del folículo capilar del perro frecuente, en la forma localizada, en cachorros.
Por el lado de sus síntomas, varos parches de alopecia localizada en zona ocular, la cara o cuello, formación de escamas placas de seborrea y erupciones prominentes en hocico y extremidades de las articulaciones; generalizadas enrojecimiento, escamación de la piel, hiperpigmentación y pérdida de pelo, pústulas con foliculitis o furúnculos.
- Sarna Otodectica: mejor llamado por su nombre científico Otodectes cynotis, se trata de un ácaro del oído que se alimenta de residuos epidérmicos y cerumen. Es bastante frecuente en animales jóvenes que provienen de criadero.
Los ácaros pueden vivir mucho tiempo en el ambiente. Los oídos del perro necesitan al menos una limpieza cada dos semanas para evitar infecciones (otitis) y cuidar de forma adecuada para prevenir este tipo de sarna.
En cuanto a los síntomas, están las otitis con prurito, costras gruesas de color rojizo marrón mezcladas con el cerumen, otohematoma, el perro trata de librarse de ella con movimiento insistente de la cabeza.
Por ende, el tratamiento para darle es un mantenimiento regular limpieza máxima del conducto auditivo. En caso de infección, el veterinario le prescribirá una medicina antiácaros. El tratamiento deberá ser tomado hasta la desaparición completa del parásito.
Muy pruriginosa, no estacional, contagiosa. Es similar al anterior en morfología y ciclo de vida. Se puede encontrar en los gatos de cualquier raza, sexo y edad. En forma transitoria puede afectar al perro, conejo y hombre. No es tan común que afecte al hombre como la sarna sarcóptica.