Un perro, en el interior de la vivienda, representa la predilección, por lo que es común topárselos en cualquier vivienda. Así, con el paso del tiempo, se ha vuelto muy común ello. Encima, estos compañeros no se cansan de brindar amor y una profunda complicidad.
Si tienes un perro, tienes que tener muy en mente que también se hacen con muchas emociones. Resulta que son capaces de sentir tus mimos y regaños, los cambios a su alrededor y es susceptible por tanto a experimentar diferentes estados de ánimo. Por ejemplo, alegría, tristeza, o incluso una depresión canina.
Causales de la depresión canina
Puede suceder que llegues a tu casa y te topes con tu perro bastante decaído. Ello significa que se siente mal, puede ser por salud o simple tristeza. Lo más probable, siempre es que contenga un malestar emocional muy grande.
Por ende, hay que tener en cuenta los diversos factores de la depresión:
- La muerte de un ser cercano: desde un principio, se sabe de la amistad entre el hombre y el perro. Acorde a eso, se entiende bastante el acercamiento que genera un dueño con su perro.
Se tornan parte íntegra de la vida misma, entrelazamiento demasiado extremo se conforma. El dueño es capaz de convertirse en el mundo del perro, y si él no está, la mascota rápidamente lo notará y sentirá un gran vacío.
- Continua soledad: cabe subrayar la socialización que viene emparentada estos animales. Necesitan de la interacción constante. Conllevan juegos y salidas obligatorias, para poder tener una satisfactoria integridad.
Si tu perro pasa demasiado tiempo solo en casa, o aislado en un patio trasero, probablemente se sienta deprimido y desplazado. Un ser humano no ha de soportar tampoco vivir aislado; por tanto, las mascotas también necesitan, al igual que nosotros, el calor y contacto humano.
- La integración de un bebé a la familia: las mascotas son capaces de sentir celos, más un perro. Estos perciben los cambios de estructuración en el hogar, más aún la falta de atención hacia él.
Por lo tanto, el perro puede experimentar un sentimiento de desplazamiento que lo lleva a adquirir un ánimo mucho más taciturno. Si esta sensación se extiende, puede tornarse depresiva.
- Ansiedad y estrés: estas pueden ocasionarse a través de varias premisas. Generalmente, son momentos poco agradables para la mascota, y pueden estar relacionadas con regaños o castigos, agresiones físicas, desamparo, cambios en su estilo de vida o riñas con otros perros. Estos sentimientos pueden generar posteriormente tristeza en el animal e inducir a la depresión post-traumática, con fines mortales.
Cómo actuar
El foco está en poder informarnos sobre nuestro perro, a lo sumo conocerlo un poco más, adiestrarlo. Ya que, el objeto radica en no llegar a disgustarle, para su propia comodidad y nuestra tranquilidad.
Hay diversos factores, algunos ya mencionados, por los que un canino experimente este tipo de sentimientos de felicidad o tristeza, y por esto es menester aprender a identificarlos en la medida de lo posible para contribuir a su mejora.